domingo, 18 de enero de 2015

Me llaman

Me llaman vida, porque resurjo en cualquier parte, 
me llaman luz, me llaman paz, me llaman arte. 

Me llaman tiempo porque dicen que todo lo curo, 

me llaman muerte, porque allí donde estés, llegaré seguro. 
Me llaman símbolo, me llaman traición, 
aquellos que al ver mi imagen se ahogan en su frustración. 

Me llaman...y no pronuncian ningún nombre, 

me llaman semi-dios, y se olvidan que soy un hombre. 
Me llaman cambio, precursor, presumido y déspota, 
me llaman visionario adelantado a mi época. 

Me llaman agua, fuego, tierra, me llaman viento, 

me llaman tormenta porque en cada aliento, libero lineas de sentimientos. 
Me llaman estatua, porque disfruto estando solo, 
me llaman mar, porque saben que nunca me conocerán del todo. 

Me llaman lágrima, quizás por las lecciones que enseño, 

me llaman fugitivo, porque nunca tuve dueño. 


Me llaman tantas cosas para bien o para mal, 

hermosas o venenosas formas de hacerme inmortal. 
Me aman o me odian, me quieren o me rechazan, 
me llaman, para entregarme sus halagos, su amenaza. 

Me llaman caricia porque mis palabras recorren tu piel, 

me llaman pájaro, porque sé volar cuando me entrego al papel.
Me llaman infiel, me llaman ingenuo, cobarde, hipócrita y maestro, 
me llaman Las Vegas por lo que apuesto, 
me llaman Wall Street por lo que arriesgo. 

Por mis abrazos me llaman oso, por mi rabia, tigre, 
me llaman calle, no por peligroso, sino por impredecible. 

Me llaman mago, druida, amigo y guía, 

me llaman inocencia perdida, por mi sabiduría. 
Me llaman sonrisa por lo sincero, me llaman fiero y caballero, 
porque dejo que las frases siempre pasen primero. 

Me llaman títere, desviado, payaso, 

¿supongo que soy lo que ellos deben ser acaso? 
Me llaman genio y demonio, me llaman furia, 
me llaman manicomio porque guardo dentro aquello que otros repudian. 

Me llaman agitador, provocador, polémico, 

sin dinero me llaman "triste loco", con dinero "divertido excéntrico". 
Me llaman hermético, me llaman virus y germen, 
me llaman disparo, quizás porque nunca han podido detenerme. 

Me llaman pero no me vuelvo, me llaman rata, me llaman enfermo, 

me llaman Manhattan porque nunca duermo. 
Me llaman desierto porque parezco eterno... 


Me llaman tantas cosas para bien o para mal, 

hermosas o venenosas formas de hacerme inmortal. 
Me aman o me odian, me quieren o me rechazan, 
me llaman, para entregarme sus halagos, su amenaza. 

miércoles, 14 de enero de 2015

Todo lo que somos es polvo en el viento

Dónde quedarán aquellos tiempos, en los que llegaba a tu casa, te asomabas a la ventana, y, al ver que era yo, corrías a abrirme, por que tenías ganas de abrazarme. "Te he echado de menos" me decías, no me soltabas, incluso me dejabas sin aire antes de que dijera nada. "Pasa" me decías, mientras ya te dirigías a a tu habitación y yo, claro, hipnotizado por tus interminables piernas, que se movían al son de mis pensamientos, incitandome a seguirte fueras dónde fueras. Ya estabas lista, subíamos al coche, a ese coche que debía saberse al pie de la letra todas y cada una de nuestras historias. Íbamos a alguno de nuestros rincones, que más daba cual fuera, mientras estuviéramos juntos, recuerdo el faro, sentados en la playa, que te quejabas por que te llenabas los pies de algas, y yo sonreía por verte picada... Ahí me contabas, me hablabas y me besabas, me tocabas y me amabas, lo que nunca nadie ha sabido amarme.

Nuestros rincones ahora serán los rincones de otros, que disfrutaran como locos, como hicimos nosotros. Lo único que me queda es pasar por uno de ellos, recordar y sonreír, sonreír por los momentos vividos, por el haber estado contigo, por el que no me hubieras soltado, por el tiempo a tu lado. 

Todo lo que queda de nosotros son unas cuantas fotos, recuerdos que valen oro, besos que ahora pertenecerán a otro.

"Es hora de seguir mi camino", me digo,
                                          
  por que todo lo que somos es polvo en el viento.

martes, 13 de enero de 2015

No sueñes, no con ella

Hoy he cometido un error.

Si sueñas con ella, sea lo que sea lo que se sueñe, sea bueno o malo, ella ha vuelto a tu mente, y eso significa más de lo que creemos,  te das cuenta de que no te habías alejado tanto de ella como crees que te hubiera gustado, de que ella sigue ahí, que no se ha ido y que, posiblemente, va a volver, aunque no sea para bien, ni sea para quedarse.

¿Qué se de ella ahora mismo? No se nada, y creedme, eso me está matando. No es por que no quiera, que si por mi fuera, volvería a navegar en ella y disfrutar aunque solo una vez más sea de lo que provocaba en mi... de su sonrisa, que hacía de mi sonrisa doblarse su valor, de su mirada... ¿Qué os cuento de su mirada? Qué su mirada paralizaba, hipnotizaba, y a mi me tenía cautivado... Lo peor es qué tengo la triste impresión de que nunca me va a volver a mirar con los mismos ojos con los que me miraba antes, después de la ultima tormenta las cosas cambiaron, y por lo qué se hasta ahora, qué es nada, van a seguir así.

¿Y qué hago yo ahora? ¿Pregunto por ella? ¿Lo dejo estar? No se, no se que hacer... no saber lo que piensa me está debilitando. ¿Habrá conocido a otro ya? No se si quiero saberlo, en realidad.

Lo único que se es que ella sigue en mi mente, y que un día, de repente, ella vendrá, no se si para bien, o para mal, pero vendrá. Volverá y hará cambiar mis planes, me hará cambiar de dirección, no me dará opción, no podré elegir, entre orgullo o no guardar rencor..


Qué extraño hablar de ti
cuando acabo de verte mientras dormía
no tumbada sobre mi,
sino entre sábanas de melancolía.

No quiero soñar, no contigo



domingo, 11 de enero de 2015

El corazón tiene razones que la razón no entiende

Has salido a navegar, estás en tu  velero, el mar está en calma, estás disfrutando de la brisa marina, de las vistas de la costa, que cada vez se aleja más... Cuanto más lejos estás más bonito parece todo, pero alejarse de la costa tiene sus consecuencias... No has visto venir la tormenta, el oleaje comienza a sacudir tu barco, tanto que empiezas a tener miedo. La tormenta sigue, piensas que va a amainar, pero no, entonces una fuerte ola golpea tu barco y lo rompe por la mitad, estás perdido, desorientado, no sabes que hacer...
Parece que la tormenta ha parado un poco, vas en tu mitad de barco agarrándote como puedes a ésta, es la única esperanza que tienes. Arrastrado por la corriente llegas a la costa, estás a salvo y, por lo que pueda pasar, decides no navegar en un tiempo
Empiezas a pensar en reparar tu velero, pero no sabes ni cómo ni por dónde comenzar, ni si es buena idea, pero al final te decides por intentar repararlo de nuevo... "Dejémonos llevar" dices, inocente... Ha pasado mucho tiempo desde que empezaste a arreglarlo, algunas piezas han sido muy difíciles de encajar, aunque parece que el barco ha quedado como nuevo. Ya estás en puerto, a punto de salir, cuando, inesperadamente, una pieza falla... Cansado y decepcionado con tu barco, decides cambiar, no se sabe si por venganza, o por resentimiento, o... qué se yo.
Pasados unos días encuentras una pequeña lancha: usada, vieja, sucia y oxidada, a muy buen precio, tan buen precio que te dejas llevar, pobre de ti... Sales a navegar los días siguientes, no lo pasas mal, pero te sientes vacío y te das cuenta de que ha sido un error, de que como tu viejo velero, ese al que conoces tan bien, ese al que serías capaz de pilotar con los ojos cerrados... no hay nada. Cabizbajo, vuelves a puerto, amarras la vieja lancha en el muelle y piensas que es el momento de volver a intentar navegar de verdad, así que te subes al velero.
Pasas unos días increíbles, tan buenos, que piensas que es un nuevo comienzo, una oportunidad, y que es la de verdad,... sin tener en cuenta que el corazón a veces te la juega.
La ves, ves ante ti, de repente, la tormenta, sí, esa a la que ya no creías temer, pero temías, esa a la que tu corazón había dejado atrás pero tu razón todavía tenía en mente...

El barco se hunde,
y yo con él,
me falta el aire
y no se volver.


Poesía difusa

Comienzos...
Lo que motivó el comienzo

Fue que las vidas que presencio no merecen el silencio,

Fue porque el hip-hop apareció del amor entre poesía y ritmo,

Y por las aguas de ese rio mi vida fluyó,

O fue porque en el gusto por competir no hay lugar para el cansancio,
¿qué sé yo?

Pero sucedió,
pasé de ser anónimo a ser casi famoso bajo mínimos

¿Y acaso eso os conmovió?
porque al parecer mi mano en contacto con un micrófono

me convirtió en pirómano y Paris ardió,

Adiós Paris adiós,
adiós MCs adiós...
que usted vaya con Dios,

Y si baja por esas calles será mejor que le acompañen uno o dos.

Ay señor...
que pesada es esta espada que desenvaino con sudor,

la soledad del príncipe sin reino,
la soledad del hombre sin calor,

¿Será que es porque ya no me peino,
ni me preparo,

Ni visto raro,
ni uso perfumes caros cuando salgo en busca de amor...

Soy el mismo chico educado,
que con un rap vulgar suena en tu radio cada día,

Y que desde el extrarradio ha conquistado a la más alta burguesía,
¿Pero que falla?
Soy yo en esa pantalla,
soy yo en esa cola del paro,

Comparo mi vida con la tirada de un dado y sale cero, y cero, y cero...

Y yo solo espero ser más certero,
salir de este agujero en el que estoy atrapado,

Soñador, aun duermo con Peter Pan a mi lado,

Preguntándome si alguien ahí fuera entenderá a un tipo tan complicado,

Pero una extraña fuerza me persigue,

Me dice tú simplemente vive,
tu simplemente escribe,

Decide en tiempo record
y olvida el rencor,

Y recuerda lo que el viejo dijo:
"hijo, en lo que sea pero el mejor"

Nach, Poesía difusa